Perder a alguien que amamos transforma profundamente nuestra vida. Los días avanzan, pero el corazón queda habitado por recuerdos, silencios y preguntas que a veces no tienen respuesta. En medio de ese proceso, encontrar formas de expresar lo que sentimos se vuelve fundamental para sanar. Una de las más significativas es escribirle una carta a quien ya no está físicamente con nosotros.
¿Por qué escribir una carta a quien partió?
Cuando las palabras se nos quedaron en el pecho, una carta puede ser el puente entre lo que sentimos y lo que necesitamos decir. No se trata solo de recordar, sino de dar forma al amor, al perdón, al agradecimiento o incluso a la tristeza. Escribir nos permite volver a conectar desde el corazón, y muchas veces, liberarnos de cargas emocionales que llevamos en silencio.
Cómo empezar tu carta
No hay una forma correcta o perfecta de hacerlo. Lo importante es que sea honesta, íntima y auténtica. Puedes comenzar simplemente con:
“Querido papá…”
“Hoy pensé en ti y sentí la necesidad de escribirte…”
“Te extraño, y esto es lo que quiero contarte…”
Desde ahí, deja fluir tus emociones. Habla de lo que te duele, lo que agradeces, lo que ha cambiado desde su partida. Escríbelo como si esa persona pudiera leerte con el alma.
Un espacio para el recuerdo y el alivio
Puedes elegir un lugar especial para escribir tu carta: un rincón tranquilo de tu hogar, una visita al camposanto, o simplemente donde sientas calma. Algunas personas incluso deciden guardar esas cartas, leerlas en fechas especiales o dejarlas como ofrenda simbólica.
Este ejercicio no solo honra la memoria del ser querido, también nos ayuda a reconstruirnos emocionalmente. Porque aunque la pérdida duele, el amor permanece.
En Esperanza Eterna creemos en el poder de la memoria como fuente de consuelo.
Escribir una carta puede ser el primer paso hacia la sanación interior.
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